Visitas al Museo

                                                                              por:  Angélica

El museo.  Visita I

Un domingo cualquiera Lucía deambula por el centro y pasa frente a un museo, tras pensarlo un poco decide entrar, total, no tiene nada mejor que hacer.  La exposición es de arte barroco y contiene piezas muy representativas; sin embargo, a ella no le parecen tan interesantes como lo imaginaba, así va  recorriendo el lugar mirando sin mirar e inmersa en sus propios pensamientos; de pronto, aparece ante ella “El Rapto de Proserpina, del Italiano Bernini”; se acerca a la escultura con ansiedad, como si ésta la llamara.

Ante ella queda absorta, la observa como si fuera real y piensa en lo terrible que debe ser para esta bella diosa quedar atrapada entre los fuertes brazos de Plutón, lo mira casi horrorizada, es un demonio que subyuga a su víctima, y ella, no puede hace nada, el rictus doloroso de su rostro se lo dice, ve reflejada su angustia, su temor y aunque forcejea para escapar, no podrá, tendrá que vivir en el Hades. 

No soporta más esta visión, ¿acaso la vida es tan terrible, que hasta las diosas deben sufrir?

 

El museo.  Visita II

Es domingo y Lucía camina por el centro, va directo al museo; hay una exposición de arte barroco que no piensa perderse por nada del mundo; desde que entra se tropieza con piezas que siempre ha admirado y observa a cada una de ellas con gran interés, sin embargo, cuando ve a lo lejos “El Rapto de Proserpina, de Bernini”, la emoción la invade y va hacia ella.

La mira absorta, es una escultura maravillosa, de líneas suaves, delicadas,  llena de sensibilidad, de expresividad, capaz de hacer aflorar las emociones, al menos, sus emociones.

La mira un poco más, le gusta el rostro de Plutón y vaya musculatura, le parece que ella tiene un rostro hermoso y hasta una pose sensual;  tras este breve lapso -pleno y emocional-, continúa su recorrido.

4 Responses to Visitas al Museo

  1. nierikadeldesierto dice:

    Hola Angélica:

    Están muy padres tus textos. Debes revisar algunos errores de dedo y de puntuación, pero logras mostrar sutilmente un contraste de emociones ante una situación cotidiana. Manejas bien el impacto ante la escultura. Muy bien.

    Saludos,

    Ana

  2. Eduardo De la Rosa dice:

    Hola Angélica, me gustó que si manifestaste el contraste del estado de animo del personaje, sin embargo creo que se quedo un poco corto el texto al hacer la descripción de lo que la persona sentía al ver la escultura. Saludos, Eduardo.

  3. Alisma dice:

    Hola, Angélica:

    Me gustaron las historias y las diferencias entre cada una de ellas. Sólo en la segunda siento que le falta un poco más de lo que siente ella al ver la estatua o lo que piensa de la misma (más allá de describirla); no sé si me explico, algo así como lo que hiciste en la «Visita I».

    Saludos 😉

  4. Hola a todos de nuevo…

    En este caso me parece que el segundo texto, como apunta Eduardo, se queda un poco corto, en especial porque no hay en él la misma relación entre quien mira y lo que está mirando que se ve en el primero. En éste la observadora simpatiza con el padecimiento de la diosa, pero en el segundo no hay una emoción parecida.

    Hay que revisar las comas; por ejemplo, en el pasaje que dice «Un domingo cualquiera Lucía deambula por el centro y pasa frente a un museo, tras pensarlo un poco decide entrar, total, no tiene nada mejor que hacer», la que viene después de «museo» podría cambiarse con provecho (más claridad en el texto) por un punto y seguido o un punto y coma, y lo mismo podría hacer con la coma que viene después de «decide entrar». Son tres momentos sucesivos pero distintos.

    Saludos y seguimos.