Los colores del prisma

 

Alisma

Conceder

– Señorita, ya vamos a cerrar.

La voz del guardia del museo se entrelaza con mis pensamientos. No le presto atención. Mi mirada continúa perdida en la estatua frente a mí. En ella se representa a una mujer sometida, Proserpina, por Plutón, Dios de los infiernos. Una imagen que muestra el calvario de una decisión obligada. De un purgatorio perpetuo. Él, llevado por el deseo, la somete. ¿Qué importancia puede tener una súplica? Ninguna. Ella intenta liberarse de sus brazos, pero él es más fuerte. Su destino parece ser doblegar el cuerpo mientras su alma se opone a diluirse. Y tal vez ese espíritu logre continuar por algún tiempo; hasta que llegue el día en que sólo sea, el fantasma de un hubiera.

-Señorita, ya vamos a cerrar-, repite el guardia.

Con la cabeza baja, obedezco. Al salir del museo, la historia labrada en la estatua dirige mis pensamientos y los lleva a transitar por el valle desierto de la esperanza.

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Vínculo

– Señorita, ya vamos a cerrar.

La voz del guardia del museo se entrelaza con mis pensamientos. Le sonrió, pero lo ignoro. Mis ojos continúan cautivos en la estatua frente a mí. En ella se muestra a Plutón sujetando con firmeza a Proserpina. Él, con la mirada clavada en una obstinada idea. Ella, agitando sus brazos en un intento por liberarse. Y mientras mi mirada se pierde en los detalles, mi mente no abandona la idea de que en el fondo lo que se muestra no es una pesadilla. Es sólo el principio de la encrucijada. Un símbolo de un irresistible significado: el preludio de la primavera. Una estación sumergida para siempre entre la decadencia del otoño y el desapego del invierno, pero renaciente cada año. Promesa de una fecha pactada. Fértil en cantares, bordeada de colores y entretejida de esperanzas.

– Señorita, ya vamos a cerrar-, repite el guardia.

Con una ilusión que complementa mi mirada, le obedezco. Y al salir del museo, aún resplandece el recuerdo del inherente magnetismo de la estatua.

12 Responses to Los colores del prisma

  1. dubriel dice:

    Hola Alisma, al leer Conceder describes muy bien como el personaje se resigna a su «dsstino manifesto», dices «su destino parece ser doblegar el cuerpo mientras su alma se opone a diluirse». Luego el personaje sale derrotado (con la cabeza baja). Me conmovió.
    En Vínculo, habla de la esperanza como en Conceder pero en uno es primavera y en el otro es desierto.
    Me gustó el manejo que haces de éstas ideas.
    Saludos

  2. magy25 dice:

    Alisma

    Apesar de que la narraciòn es corta, creo que el lector puede apreciar la sencilles de los sentimientos, es fluido y me gustaron las ideas.
    Buen dia

  3. lizzava dice:

    Conceder me pareció una gran narración, realmente me gustó. Y Vínculo también es buena, pero le falta algo para reforzar ese gancho emocional que logró la primera narración. Como sugerencia, yo diría que la línea de «Fértil en cantares…», sale sobrando un poco.
    Y repito, soy tu fan 😀

    • Alisma dice:

      Hola, Liz:

      Sí, caray, entiendo perfecto lo que me dices y es que siempre es más fácil deprimirse que saltar de la felicidad (hasta al escribir, ja). Intentaré lo que me sugieres para ver qué tal.

      Un abrazo 😉

  4. Siguen mis comentarios…

    Y esta vez es para felicitar a Alisma, cuyo ejercicio me parece excelente. La emoción es sutil y funciona. Muy bien.

    Saludos.

  5. nierikadeldesierto dice:

    Alisma:

    Hola! Me gustó mucho tu ejercicio. Creo que reflejas muy bien ambas emociones, el uso de imágenes es muy rica y eso intensifica todo el asunto.

    Te felicito.

    Ana

  6. caskabel dice:

    Hola Alisma,

    En el primer texto tratas de manera breve y concisa un tema difícil.. el del sometimiento y la desesperanza de una mujer. Eso me movió.
    En el segundo me devolviste a la vida al leer cómo explotas el tema del preludio a la primavera… es algo que en el mito es clave y tú lo logras de manera muy sutil.

    Saludos,

    Alejandra

  7. Fernanda dice:

    ¡Wow! Me encantó, en particular el efecto de espejo de los dos textos (hasta parece premonición del nuevo ejercicio ¿eres pitonisa?). Muy disciplinado tu trabajo con respecto a las instrucciones con un resultado súper pulcro. Las emociones solicitadas están tal cual, en fin, padrísimo.

  8. Alisma dice:

    Hola:

    Maestro: Muchas gracias por sus comentarios.

    Ana, Alejandra y Fernanda: me da gusto que les haya gustado el ejercicio.

    Fernanda: ¿Pitonisa? Jajaja, ¡ya quisiera! Te lo aseguro.

    Saludos 😉

  9. Eduardo De la Rosa dice:

    Hola Alisma, me gustarón tus relatos, sobretodo el segundo, ya que tiene un aire poético e inspirador que me atrapó. La primera historia también me pareció bien, una mujer que proyecta su propio sentir en lo que acontece con la escultura. Saludos, Eduardo.