Webscat report encyclopedia (versión en español): Eugato

En un nivel más básico, el Eugato es un sonido repugnante que los humanos no escuchan, o lo escuchan como eufónico. Mantra trascendental de la conciencia gatuna y por tanto, himno de pertenencia imperceptible para los humanos. Permite que los gatos se reconozcan como felinos y más. Sentirlo no es cosa sencilla porque vive inesperadamente: Gota de lluvia, grata soledad, gratitud, gatitud. Llamado también el aullido cósmico, se dice que el Eugato es el sonido justo en el momento exacto. Máxima sonoridad armónica del devenir, la unicidad del Eugato está  en la exquisitez de su medida exacta. Como el instante en el cual la inhalación e convierte en exhalación, es el sonido exacto que une lo momentáneo a lo infinito. 

Las ciencias humanas aseguran que el lenguaje del gato puede ser olfativo (ej. el clásico grafiti gatuno hecho con orina); táctil (ej. la marca química que dejan al frotar sus narices); visual (ej. cola en alto y erecta o pose casual y ondulada); y vocal, cuyas formas vocales se disputan entre maullidos y ronroneos.  Estos medios reduccionistas ofrecen siete interpretaciones de dicho lenguaje: “Me duele”, “estoy molesto”, “tengo miedo”,  “mírame”,  “sígueme”, “soy inofensivo”  y “listo para matar”.  Otras opiniones dicen que, de la incomodidad extrema a la feliz relajación, estos sonidos expresivos sirven como tonos en una escala que al mezclarse conforman exóticos y variados ritmos. 

Médicos veterinarios  especialistas en gatos consideran una relación directa de causa – efecto entre los sonidos y las cuatro fases que registran de su ciclo reproductivo: proestro, estro, metaestro y anestro. Los partidarios de este enfoque aseguran que la exquisitez y extrañeza del casi siempre desapercibido Eugato se debe a sus estéticas proporciones. Es el sonido armónico que vive entre los límites del ronroneo más alto y el inicio del fatal maullido de los mensajes apasionados. Consideran además que aparece solo una vez cada ciclo, entre la primera y segunda etapa. 

Pero esto no es cierto. El sonido puede ser repugnante; puede ser escuchado aunque no percibido por los humanos y trasciende los límites de las etapas del ciclo reproductivo. Los estudiosos resguardan un variado catálogo de aullidos felinos.  Si bien un miau petrificante puede sonar al llanto de un niño o al gemido de una mujer, el más eufórico de los Eugatos no ha podido hasta ahora ser registrado por los humanos,  aunque ha sido narrado numerosas veces en la historia de la gatunidad.  No me quiero remitir ahora a sucesos actuales que se conectan con la mitología gatuna, pero ya lo dijo alguna vez un gato portugués de grandes conocimientos pero vocación claramente musical: “Los estudios que procuran este tipo de clasificaciones son una pérdida de tiempo.  El Eugato es sentimiento  que se encuentra.  Eu… gato…  Es Un GATO.”

Señal implícita de los cambios históricos en las civilizaciones que rigen la Tierra, el Eugato canta también la relación entre gatos y humanos, cuya primera evidencia data del siglo VIII a.c. en una cueva neolítica en Cyprus. No olvidemos que la representación más antigua del gato doméstico es un dibujo aparecido en una tumba egipcia que data del 1600 a.c., y que algunos códices  egipcios narran episodios de la estrecha relación entre su civilización y la gatuna.  En internet se pueden encontrar teorías que no solo aseguran la escucha de los antiguos al consejo cósmico gatuno, sino que incluso relacionan el desarrollo del papyro con la sabiduría felina. Pero de eso y de la relación entre gatos y escritores no vamos a hablar ahora. Y repito: no desestimemos el linaje gatuno. La edad media de un gato de calle es 2 años gatunos ó su equivalente, 18 años humanos.  Los gatos evolucionan más rápido que los humanos y de acuerdo a su proceso evolutivo, a los 6 meses de vida ya se encuentran en plena adolescencia. Se alerta entonces sobre la importancia que tiene la presencia del sonido Eugato en los diversos ciclos históricos de la gatunidad y consecuentemente, en la historia que los humanos denominan universal.

Torturados y quemados por las brujas, el Eugato se reporta por vez primera en los libros de la inquisición, siendo blanco predilecto de miedos y supercherías.  Los manuscritos revelan que el final del Eugato suena como el humo que deja atrás un cohete espacial. Alguno lo ha definido como un rugido de miseria. El sonido que emite este grito cósmico es el único registrado con decibeles ampliamente mayores a cero y aún así, perfectamente  inaudibles para los sordos oídos humanos.  El Eugato cósmico es escuchado por todo el linaje gatuno, superando la intercomunicación de la subespecie feli lybica catus y no ocurre en frecuencia específica alguna de miles de años.  Este tipo de Eugato lo escuchan también los felinos grandes y medianos como el león, el tigre, el leopardo, el jaguar y el chita, y el gato montés.  Pero solo los pequeños lo escuchan y a la vez lo generan.  El sujeto del grito, denominado también el gato catalítico pesa de 2.2. a 6.4 kg. y se viste de pelaje corto o largo, de acuerdo a su lugar de nacimiento.  Su referencia es vaga y su aspecto es tan popular que le permite estar en todas partes.

Por último quisiera contarles que él se despidió argumentando que “era un gato callejero sin mucha calle”.  Lo vi salir por la puerta sin mi consentimiento… el consentido ese.  Aquella fue la vez en que lo escuché.  El sonido parecería darse cada cien mil años, así de largo es.  Solo allí supe me había convertido en uno de ellos.  Hasta aquí mi reporte, espero haya aclarado la situación actual del Eugato.